Destaco
la historia de Eugenio y la pequeña Celia, se trata del caldo de
cultivo perfecto para una inestabilidad emocional que acabe por poner
a los personajes al límite, viviendo experiencias al borde de la
razón. En el libro, se hace muy buen tratamiento del "bullying",
ya que la protagonista, Celia, sufre verdaderas vejaciones fruto de
su extraño comportamiento y aspecto físico, que la llevan a
aislarse y sentirse continuamente incomprendida. Eso, sumado a su
problema de "doble personalidad" o "amiga imaginaria
no tan imaginaria", da como resultado el mejor personaje de la
novela.
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